Oso

 

Este personaje es un clásico de la geografía vasca. Ataviado con harapos, telas raídas y felpudos, el oso hace

uso del anonimato que su máscara le proporciona para ensuciarse, revolcarse por los suelos y actuar con

descaro. La actividad favorita de este singular ejemplar es refregarse por los charcos para posteriormente

abrazar y ensuciar a las personas elegantemente vestidas, que lejos de participar en la sátira del carnaval,

hacen exhibición de su refinada moral.